El 2 de noviembre es el Día internacional para poner fin a la impunidad de los crímenes contra periodistas.
Según datos de la ONU, desde 1993, más de 1.600 periodistas han sido asesinados por cumplir con su tarea de informar al público. Y en estas cifras no se incluyen otros crímenes contra los periodistas como la tortura, las desapariciones, las detenciones arbitrarias, la intimidación o el acoso. Además, las mujeres periodistas corren más riesgos, entre otros, los de sufrir agresiones sexuales.
El dato más escalofriante es que el 90% de los asesinatos quedan impunes.
Estos crímenes son muy graves porque atentan contra el derecho de la sociedad a estar informados de manera independiente. También van en contra del diálogo, la paz y el buen gobierno. El tipo de noticias que son silenciadas con estos crímenes es exactamente el tipo de noticia que la opinión pública necesita.
La impunidad envalentona a los criminales y conduce a una mayor violencia, daña a la sociedad en su conjunto, porque encubre la corrupción, los abusos de derechos humanos y muchos otros crímenes horrendos que hay que erradicar.
Para acabar con esta impunidad, la Asamblea General de la ONU aprobó una resolución en la que insta a los Estados Miembros de las Naciones Unidas a hacer todo lo posible por prevenir la violencia contra los periodistas y trabajadores de los medios de comunicación y a asegurar que los autores de esa violencia rindan cuentas ante la justicia.
Y a su vez declaró el 2 de noviembre como Día internacional para poner fin a la impunidad de los crímenes contra periodistas, para concienciar a la sociedad sobre la gravedad de este asunto.