Cada 4 de octubre se celebra internacionalmente el Día Mundial de los Animales.
La fecha se celebra desde el año 1929 cuando fue propuesta por la Organización Mundial de Protección Animal, la fecha coincide con el día de San Francisco de Asís, santo patrón y defensor de los animales.
En 1980 el papa Juan Pablo II, declaró a san Francisco de Asís patrono de los animales y de los ecologistas, momentos a partir del cual esta celebración tomó más auge a nivel mundial, celebrándose en estos países con la bendición de las mascotas.
Este santo, que nació en 1182 en Italia, dejó como enseñanza a la humanidad que debemos comprender cuál es nuestro lugar en la Tierra, ya que el bienestar de nosotros está integrado al bienestar de todos los animales y el medio ambiente.
En los años que vivió San Francisco de Asís estas ideas se veían con extrañeza. Es por esta razón que se considera que se adelantó a su época.
Este santo en su vida decidió despojarse de todas las riquezas materiales y se dedicó a servir y ayudar no solo a sus semejantes, sino también a todos los animales, a los que consideraba hijos de Dios y llamaba «hermanos».
A partir del 4 de octubre de 2003, organizaciones inglesas defensoras de los animales decidieron organizar un evento anual y desde entonces el número de eventos para conmemorar esta fecha ha ido abarcando varios países del mundo.
Con el correr de los años, esta costumbre se fue expandiendo hacia otras religiones y, actualmente, la jornada es global y su carácter no es estrictamente espiritual.
Se trata de una jornada en la que se celebra “la vida animal en cualquiera de sus formas”.
Si bien la efeméride se centra en festejar a los animales en todas sus manifestaciones, el foco de esta jornada se suele poner en aquellos más damnificados, en especial los que corren riesgo de desaparecer.