El juicio se llevó a cabo en la Sala VI, donde el juez Guillermo Pereyra condeno a seis años de prisión efectiva a un hombre de 36 años como autor penalmente responsable del delito de abuso sexual con acceso carnal. Dispuso su inmediata detención y traslado a la Alcaidía General.
El magistrado dejó sin efecto las medidas sustitutivas impuestas en agosto de 2020 por el Juzgado de Garantías de la Primera Nominación cuando se le había otorgado la libertad al acusado. Además, hizo lugar parcialmente a la demanda civil interpuesta por la damnificada y, en consecuencia, condenó al sujeto al pago de 900 mil pesos en concepto de reparación integral, más los intereses correspondientes contados desde la fecha del hecho hasta el momento de su efectivo pago.
Finalmente, el juez dispuso que se le realice examen genético al condenado para su inscripción en los bancos de datos genéticos que correspondan.
El imputado fue denunciado por una compañera de trabajo. La mujer relató que lo conoció en un establecimiento asistencial donde ambos trabajaban como administrativos. Posteriormente, él renuncio, inició un emprendimiento y ella se sumó como socia. Trabajaban juntos en el domicilio del acusado. El día del hecho, habían tenido una reunión con una nueva socia, que se extendió hasta la noche. Cuando esta persona se retiró, la denunciante decidió quedarse a dormir en la casa del acusado ya que –por las restricciones durante la pandemia- el último colectivo pasaba a las 21.30. Dijo que se tenían confianza y era algo normal para ella.
Como a la 1:30, la mujer se despertó sobresaltada cuando el acusado comenzó a tocarla en sus partes íntimas. Seguidamente logró inmovilizarla y la accedió carnalmente a la fuerza haciendo caso omiso a sus reiterados pedidos para que desistiera de la agresión.
El imputado le envió luego mensajes a la denunciante haciendo referencia a lo sucedido y pidiéndole que lo perdonara.