El Fondo Monetario Internacional difundió el martes un pronóstico complicado para la economía mundial para el año próximo y advirtió que “lo peor está por venir”, mientras que para la Argentina proyectó una reducción del crecimiento del 4% a 2% en 2023.
Los datos fueron dados a conocer en Washington, un día antes de la visita del ministro de Economía, Sergio Massa, a la capital de EEUU para participar de la Asamblea Anual del FMI y del Banco Mundial.
Según el organismo, mientras que en julio pasado esperaba que el PBI creciera 3%, ahora redujo esa cifra al 2 por ciento. Además, movió hacia arriba sus previsiones de inflación para este año del 43% que esperaba a principios de año al 72,4% que proyecta ahora.
Por otra parte, calculó que la inflación del año próximo llegará al 76% en promedio; para el final del período estima, al igual que el Gobierno calculó en el presupuesto 2023, que la inflación será del 60%, aunque las consultoras prevén que llegue al 90,3 por ciento.
La balanza de cuenta corriente del país registraría un déficit del 0,3% del PBI este año y un superávit del 0,6% el próximo, según el WEO.
En el WEO el Fondo mantuvo sus proyecciones para el crecimiento global en el 3,2% para este año mientras que redujo en 0,2 puntos porcentuales sus previsiones para 2023, que ahora están en el 2,7% de crecimiento para la actividad global.
El reporte advierte que “la economía mundial continúa enfrentando grandes desafíos, por los efectos persistentes de tres fuerzas poderosas: la invasión rusa de Ucrania, una crisis de costo de vida causada por presiones inflacionarias persistentes y crecientes, y la desaceleración en China”.
En cuanto a la falta de combustible a nivel internacional, en la conferencia de prensa en la que presentó Gourinchas dijo que la crisis energética no será «un shock transitorio» y que «el invierno de 2022 (en Europa) será un desafío, pero el invierno de 2023 probablemente será peor”, dijo.