Un hombre de 44 años fue condenado a ocho años de prisión por abusar sexualmente de la hija de su pareja cuando ella era menor de edad.
En 2020, la víctima denunció al agresor por abusos sufridos entre 2010 y 2011. En ese momento ella tenía alrededor de 9 años y el imputado era pareja de su madre. La familia residía en la casa del acusado y convivieron allí durante varios años.
La joven relató que nunca le mencionó a nadie lo que le había hecho su padrastro hasta que un día, en 2018, vio en las noticias el caso de una mujer a la que le había sucedido algo similar. Entonces comprendió que había sido abusada. A partir de ese instante empezó a experimentar un profundo rechazo por el acusado. Su madre no entendía el motivo de su abrupto cambio de actitud.
La damnificada manifestó que a partir de ese momento comenzó a tener muchos problemas de salud. Sufría desmayos y los médicos no encontraban una causa física de su deterioro. Entonces decidió ir a una psicóloga. Y en ese contexto decidió contar lo que le había hecho su padrastro. La profesional le sugirió hablarlo con su madre y hacer la denuncia. Así lo hizo.
Contó que al principio su padrastro la observaba dormir, parado en la puerta de su habitación. A ella le parecía normal. Luego comenzó a acariciarla y a bajarle la ropa interior. Finalmente, en octubre de 2011, la accedió carnalmente.
El juez Ángel Amadeo Longarte, vocal de la Sala II del Tribunal de Juicio, le impuso al agresor la pena de ocho años de prisión por considerarlo autor del delito de abuso sexual con acceso carnal agravado por la guarda y la convivencia, Ordenó su traslado a la Unidad Carcelaria 1 y que se le extraigan muestras de ADN para su inscripción en el Banco de Datos Genéticos.