Cada 6 de enero se celebra el Día Mundial de los Huérfanos de la Guerra, una efeméride significativa que busca generar conciencia en la población mundial acerca de los peligros que enfrentan los huérfanos de guerra o los niños en conflicto.
La vida y la integridad de los niños y niñas huérfanos de la guerra han sido expuestas, debido a la violencia y la crueldad de las guerras y las acciones terroristas.
De acuerdo a UNICEF, se estima que millones de niños quedaron huérfanos en Europa después de la Segunda Guerra Mundial, sin hogar, alimentos ni educación.
Los conflictos bélicos constituyen la más agresiva violación de los derechos fundamentales de los niños: derecho a la vida, derecho a tener una familia, derecho a la salud y la educación, derecho a una infancia protegida y feliz y al desarrollo de su personalidad.
Es de vital importancia que la sociedad civil, gobiernos y organizaciones internacionales aseguren su futuro y su bienestar.
En tal sentido, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) ha llevado a cabo iniciativas notables. Una de ellas ha sido la implementación de su proyecto «La Infancia Como Zona De Paz», para la protección de los niños víctimas de guerras y conflictos armados.
Por otra parte, se requiere reforzar las leyes nacionales y el derecho internacional acerca de los niños huérfanos víctimas de las situaciones de guerra, evitar su reclutamiento forzoso en conflictos armados, brindar apoyo a grupos locales vulnerables e instar a las autoridades para proteger a los niños en conflictos bélicos.