El 7 de junio se celebra el día mundial de la concienciación del síndrome de Tourette.
El síndrome de Tourette es un trastorno neurológico que hace que las personas produzcan movimientos y sonidos repetidos, también conocidos como tics, que no pueden controlar.
Se trata de un trastorno neuropsiquiátrico del desarrollo de naturaleza familiar y caracterizado por la aparición de tics motores (movimientos involuntarios) que comienzan en la infancia o la adolescencia.
Esta característica fue descripta por primera vez por el Neurólogo francés Georges Gilles de la Tourette en 1885.
Además, los movimientos involuntarios y repetidos van acompañados por sonidos vocálicos y fónicos que pueden variar en su intensidad y frecuencia, así como permanecer o reaparecer.
Se observan desde parpadeos, sacudidas de cabeza o carraspeos, hasta tocar a personas o cosas, realizar gestos obscenos o emitir insultos (coprolalia). Pero es menos del 15 % de los casos los que presentan estos últimos síntomas.
En el 90% de los pacientes también aparecen trastornos asociados como alteraciones del estado de ánimo, ansiedad, depresión, trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) o trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH).
El Día de la Concientización del Síndrome de Tourette se celebra el 7 de junio en honor a la doctora Mary Robertson, neuropsiquiatra dedicada al estudio de este trastorno y autora de más de cien artículos científicos sobre el tema (la profesional con más “papers” en el campo).
Su apoyo al asociacionismo y su labor clínica le otorgaron este honor desde el año 2019, además de jugar un rol importantísimo en la creación de Tourette Action (la Asociación de Síndrome de Tourette de Reino Unido) y la Sociedad Europea de Síndrome de Tourette.
Su frase de cabecera para cada paciente: “Tu Tourette seguramente mejorará, su causa puede ser genética, inmunológica, prenatal o incluso hormonal, pero nunca es tu culpa o la de tus padres”.