1 de julio: Día del Arquitecto

El Día del Arquitecto se celebra el 1° de julio de cada año con el objetivo de brindar mayor reconocimiento a aquellos que crean construcciones que son consideradas obras de arte. La arquitectura es una herramienta que permite el desarrollo y se adapta a las necesidades de las personas, con el fin de mejorar su calidad de vida.

Esta efeméride fue iniciativa de la Unión Internacional de Arquitectos (UIA) en 1985 para recordar el día de su fundación, el 1° de julio de 1949. Esta organización posee 155 países miembros y es reconocida por la Unesco, por su importancia para la preservación del arte y cultura. En 1996 se trasladó esta jornada al primer lunes de octubre de cada año, pero la Federación Argentina de Entidades de Arquitectos (Fadea) decidió mantener la fecha original.

LA ARQUITECTURA COMO UN RECURSO

Existen muchos ámbitos que requieren de esta disciplina. Algunos arquitectos son recordados en la actualidad por sus obras, que han permanecido intactas en el tiempo. Algunos de los sitios que la UNESCO reconoce dentro de su Patrimonio de la Humanidad son:

  • El Coliseo Romano, también conocido como el anfiteatro Flavio en Roma, una obra a pedido del emperador Vespasiano en 71 d.C.
  • Casa Curutchet en la ciudad de La Plata, diseñada por el arquitecto suizo Le Corbusier.
  • Las grandes pirámides de Giza, Egipto, construidas hace más de 4500 años.
  • Conjunto arquitectónico moderno de Pampulha, una obra arquitectónica que mezcla la construcción con la naturaleza en Brasil.
  • Templo Expiatorio de la Sagrada Familia en Barcelona, una construcción de Antoni Gaudí que continúa en curso.
  • Ciudad histórica de Ayutthaya, ubicada en Tailandia, fue fundada en el año 1350.
  • Museo Solomon R. Guggenheim en Nueva York, una obra de Frank Lloyd Wright, inaugurada en 1937.
  • Anfiteatro de El Djem, también conocido como Coliseo de Thysdrus en Túnez.
  • Ciudad de Petra, en Jordania, una maravilla construida y excavada en roca rojiza.
  • El Taj Mahal de India, una obra encargada por el emperador de Shah Jahan en 1632 para conservar los restos de su esposa Mumtaz Mahal.