El 16 de agosto de 1977 a horas 15, falleció Elvis Presley de un ataque al corazón en su mansión del 3754 del Elvis Presley Boulevard, en Memphis Tennessee. Su novia Ginger Alden lo encontró boca abajo en el suelo del baño del dormitorio. Durante media hora el equipo de reanimación de la ambulancia trató de devolverle la vida, pero no tuvo éxito. El cuerpo sin vida del cantante fue trasladado al Baptist Memorial Hospital de Memphis, donde le fue practicada la autopsia por nada menos que diez médicos, y la cual tuvo una duración cuatro horas.
Los últimos años de Elvis fueron muy similares entre sí. Lo único que los hace diferentes es que cada año es un poco peor que el año anterior. Discos malos, perezosos, actuaciones en vivo erráticas, sin el menor rigor, que siempre defraudaban al público, y un físico que manifestaba deterioro en cada inquietante aparición pública.
Su último esplendor había sucedido en 1969 con sus inaugurales presentaciones en Las Vegas. Un gran regreso tras unos años opacos, burocráticos. Otra vez provocó un furor, pero ese nuevo esplendor duró hasta 1970. A partir de ese momento, el derrumbe a la vista de todo el mundo.
Apenas se supo de la muerte de Elvis, decenas de miles de personas se congregaron en la puerta de Graceland. Unos días después el funeral fue acompañado por casi 100 mil personas, un larguísimo cortejo, televisado para todo el mundo.