Un hombre de 57 años fue condenado a nueve años de prisión por resultar autor del delito de abuso sexual gravemente ultrajante por la duración y por las circunstancias de realización agravado por haber sido cometido en perjuicio de un menor de dieciocho años aprovechando la situación de convivencia preexistente.
El condenado fue denunciado por el padre del menor damnificado, quien señaló que el acusado es tío de la víctima. Dijo que su hijo vivía en la casa de los abuelos maternos y fue allí donde ocurrieron los abusos. El denunciante explicó que se enteró de los hechos cuando un sobrino, de la misma edad de su hijo, le mencionó lo que su primo le había contado en confianza. Luego, cuando habló con su hijo, se lo confirmó. Le contó que su tío había comenzado a tocarlo en sus partes íntimas cuando tenía siete años y que lo hizo hasta poco antes de que se radicara la denuncia. En ese momento, el damnificado tenía 13 años.
La jueza María Gabriela González, vocal de la Sala III del Tribunal de Juicio, ordenó el alojamiento del condenado en la cárcel penitenciaria local y dispuso que realice tratamiento psicológico previo diagnóstico de un profesional.
Ordenó además la extracción de material genético del condenado para su incorporación en el Banco de Datos correspondiente.