El jefe del Comando Norte de EE.UU., Glen VanHerck, reveló este lunes a la periodista Lara Seligman, de Político, nuevos detalles sobre el globo aerostático chino derribado por el ejército estadounidense el pasado sábado frente a la costa este del país.
El globo podría haber estado equipado con explosivos «para detonar y destruirse a sí mismo», señaló el general VanHerck. Según su descripción, el aparato tenía más de 60 metros de altura y pesaba “más de 900 kilogramos”. Además, aunque volaba principalmente por la acción del viento, tenía hélices y un timón para fijar la dirección de la trayectoria, destacó VanHerck, y agregó que su carga útil era del tamaño de un avión.
El militar estadounidense, al igual que Jake Sullivan, asesor de Seguridad Nacional, y John Kirby, coordinador para Comunicaciones Estratégicas del Consejo de Seguridad Nacional de EE.UU., trató de justificar la decisión de las autoridades de no derribar el artefacto chino, considerado por Washington como espía, inmediatamente después que fuera detectado. Según VanHerck, se adoptaron «las máximas precauciones» para evitar que el globo recogiera información mientras atravesaba el territorio del país.
Mientras EE.UU. ha calificado la presencia del globo como un acto de espionaje por parte de Pekín, China insistió en que el aparato era una aeronave civil «utilizada para investigaciones científicas, como la meteorología», y que entró al espacio aéreo estadounidense por error, empujada por los fuertes vientos.