El Banco Mundial informó este miércoles que la economía argentina se contraerá un 3,5% durante 2024, lo que convierte al país en uno de los pocos en Sudamérica que no experimentará crecimiento este año. La recesión se atribuye a las políticas implementadas por el gobierno de Javier Milei.
En contraste, la economía de América Latina y el Caribe en su conjunto crecerá un 1,9% en 2024. Entre los países con mejores proyecciones se encuentran Brasil, con un crecimiento del 2,8%, Chile con 2,5% y la República Dominicana con 5,1%. Otros países de la región también mostrarán avances, como Bolivia, con un crecimiento del 1,4%, y Uruguay con 3,2%. En el otro extremo, Haití, afectado por la violencia entre pandillas, sufrirá una contracción del 4,2% este año, aunque se espera que crezca un 0,5% en 2025.
El vicepresidente del Banco Mundial para América Latina y el Caribe, Carlos Felipe Jaramillo, instó a la región a aprovechar este «momento clave» para atraer inversiones, fomentar la innovación y mejorar el capital humano. El objetivo, según Jaramillo, es crear empleos más numerosos y de mejor calidad para superar el ciclo de bajo crecimiento.
En cuanto a la inflación, el Banco Mundial destacó que América Latina ha mostrado avances en su lucha contra este problema, con países como Brasil y Perú bien encaminados para cumplir sus objetivos inflacionarios en 2024. Sin embargo, los altos costos de la energía y los alimentos continúan siendo un desafío. «En agosto, la inflación anualizada en América Latina fue del 4,2%, superando la previsión del 4,4% de julio», señaló el economista William Maloney, al tiempo que subrayó que la región ha superado a la OCDE en este aspecto, gracias a las rápidas medidas adoptadas por Brasil, Chile y México.
A pesar de algunos avances, la relación deuda-PIB en la región aumentó al 62,8% en 2024, en comparación con el 59,1% de 2019, lo que sigue limitando el margen fiscal para aumentar el gasto público. El Banco Mundial también advirtió sobre la nueva dimensión que ha adquirido la pobreza en la región, con la inseguridad alimentaria y la obesidad como factores clave a monitorear.
Maloney concluyó que, si bien los salarios en América Latina son competitivos en comparación con países como China, los altos costos del capital, la falta de infraestructura y la inestabilidad social continúan frenando el atractivo de la región para la inversión.