El miércoles 13 de marzo de 2013 la fumata blanca de la Capilla Sixtina del Vaticano dio a conocer al reemplazante de Benedicto XVI (Joseph Ratzinger).
“Habemus Papam” fue el anuncio oficial que prosiguió al humo blanco, y donde se confirmó a Jorge Mario Bergoglio como pontífice 266 de la historia de la Iglesia Católica. Bajo el nombre de Papa Francisco, el argentino se convirtió en el primer papa latinoamericano.
Esta fecha marcó el inicio de un pontificado que impulsa una reforma de la Curia para lograr una “iglesia pobre para los pobres” y visibiliza las crisis de refugiados y desplazados, al tiempo que se convirtió en una de las mayores voces contra el cambio climático. Edificó su tarea pastoral sobre la “misericordia y la alegría del evangelio para promover la fraternidad y la paz a nivel mundial” pero también fue el impulsor del “diálogo interreligioso”.