El 15 de noviembre se conmemora el Día Mundial sin Alcohol. La fecha fue establecida por la Organización Mundial de la Salud para fomentar a nivel internacional comportamientos responsables relacionados con el consumo de bebidas alcohólicas.
Se busca concientizar e informar sobre los daños físicos y psicológicos que produce el consumo de alcohol a nivel individual y el efecto social.
La cultura occidental ha legitimado desde siempre el consumo de este tipo de bebidas, incorporándolas incluso como parte de los hábitos alimentarios en muchos hogares, donde se las bebe durante las comidas.
Según el Observatorio Argentino de Drogas, en el país, 8 de cada 10 personas consumen algún tipo de bebida con alcohol. Esto no significa que estas personas incurran en consumos problemáticos o excesos que acarrean consecuencias graves, aunque refleja la naturalización del consumo.
- El Ministerio de Salud Pública recomienda no permitir que los menores de 18 años consuman bebidas con alcohol, dado que no están preparados, ni física ni psicológicamente, para tolerar sus efectos.
- En ese sentido, se recomienda a las personas adultas aconsejar a los menores para que no las consuman, puesto que está comprobado que en ellos todo consumo es de riesgo.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el consumo de alcohol provoca defunción y discapacidad a una edad relativamente temprana. En el grupo etario de 20 a 39 años, un 25% de las defunciones son atribuibles al consumo de alcohol.
También sostiene que existe una relación causal entre el consumo nocivo de alcohol y una serie de trastornos mentales y comportamentales, además de las enfermedades no transmisibles y los traumatismos.
Recientemente se han determinado relaciones causales entre el consumo nocivo y la incidencia de enfermedades infecciosas tales como la tuberculosis y el VIH/sida.