El 20 de septiembre se conmemora el Día de la Libertad de Expresión de Pensamiento en homenaje a la entrada de las fuerzas del Reino de Italia a Roma, lo que puso fin al poder temporal del papado el 20 de septiembre de 1870.
Aquel día en que las fuerzas italianas y los garibaldinos protagonizaron en Roma la “Brecha de la Porta Pía”, derrotando a las fuerzas del Vaticano que se encontraban aliadas al Imperio francés.
Ese acontecimiento significó la caída definitiva del poder temporal del papado y de sus regímenes políticos de “Derecho Divino”, y un gran triunfo para las fuerzas democráticas, republicanas y secularizantes del mundo.
Simbólicamente, también significó entonces la derrota del dogmatismo, del oscurantismo y la esperanza del renacimiento de la luz, que representa el triunfo de la Razón y de la Libertad de Conciencia.
Cabe destacar que en la actualidad la Libertad de Expresión de Pensamiento, derecho fundamental establecido en el artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948, está incluida en las constituciones de los sistemas democráticos, del cual deriva la libertad de prensa.
La libertad de pensamiento y de conciencia permite a los seres la posibilidad de manifestar todas sus creencias y ejercer la posibilidad de recibir y transmitir información sin ser hostigados por lo que opinan.
No se puede restringir el derecho de expresión por vías o medios indirectos, tales como el abuso de controles oficiales o particulares de papel para periódicos, de frecuencias radioeléctricas, o de enseres y aparatos usados en la difusión de información o por cualesquiera otros medios encaminados a impedir la comunicación y la circulación de ideas y opiniones.