Cada 29 de octubre desde el año 2008 se celebra el en forma internacional el Día Mundial del Ataque Cerebral, destinado a informar a la comunidad acerca de esta grave patología que amenaza vidas y calidad de vida.
Esta afección es causada por la pérdida súbita de flujo sanguíneo cerebral (isquémico) o por el derrame de sangre (hemorrágico) dentro de la cabeza. Ambos son conocidos como accidente cerebrovascular (ACV) y constituye la tercera causa de muerte y primera de discapacidad en adultos.
El ACV, es una enfermedad aguda que se produce cuando se tapa o rompe una arteria del cerebro. Puede ocurrir de forma muy rápida, y su detección puede reducir las secuelas drásticamente si se actúa con urgencia, dentro de las primeras cuatro horas y media.
La obstrucción de una arteria en forma permanente produce un ACV isquémico, también llamado infarto cerebral, que es la forma más frecuente de ACV.
En el caso que se produzca la ruptura de una arteria cerebral se produce un ACV hemorrágico. Si el vaso ocluido es una vena cerebral, lo que se produce es una trombosis venosa cerebral.
En nuestro país es la primera causa de discapacidad y la segunda causa de muerte. Se produce con mayor frecuencia en mayores de 45 años, en general asociado a la presencia de factores de riesgo vasculares.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) instauró esta fecha para concientizar a la población mundial de la gravedad de esta enfermedad, que es posible prevenirla y, sobre todo, detectarla para poder Actuar Con Velocidad.
A nivel mundial esta patología representa la segunda causa de muerte y la primera de discapacidad en adultos. Por año, 15 millones de personas sufren un ACV, de las cuales cinco millones mueren y un 30% queda con una discapacidad permanente.
En la Argentina, se estima que una persona sufre un ACV cada cuatro minutos y que mueren alrededor de 20 mil personas por año. Además, 9 de cada 10 veces deja alguna secuela en los que lo padecieron.