El día 13 del sexto mes del año se conmemora en nuestro país el día que homenajea a aquellas personas que dedican su vida al arte y la pasión que representa la escritura.
La fecha recuerda a este día pero de 1874 cuando nació Leopoldo Lugones en Villa María del Río Seco, Córdoba (Argentina).
Este hombre fundó la Sociedad Argentina de Escritores (SADE) que, tras su muerte, fue la institución que estableció el día de su natalicio como el Día del Escritor.
La fecha se da en reconocimiento a este hombre de letras, la educación y la política, que se quitó la vida en un recreo de la localidad de Tigre en febrero de 1938.
Se atribuyó esa decisión a la presión de su hijo, el jefe de la Policía Leopoldo «Polo» Lugones, que había descubierto que el escritor mantenía un romance clandestino con una alumna.
Al momento de su muerte, Lugones dirigía la Biblioteca Nacional de Maestros y escribía una biografía de Julio Argentino Roca, que quedó inconclusa.
Además de escritor, Lugones fue poeta, ensayista, cuentista, novelista, dramaturgo, periodista, historiador, pedagogo, docente, traductor, biógrafo, filólogo, teósofo, diplomático y político. Con sus cuentos se transformó en el precursor y uno de los pioneros de la literatura fantástica y de ciencia ficción en Argentina.
Realizó viaje por Europa y vivió en París antes de que estallara la Primera Guerra Mundial. Cuando regresó a Argentina fue el director del suplemento literario de ‘La Nación’ y bibliotecario del Consejo de Educación.
Desencantado con la política argentina, insatisfecho por su tarea en una biografía de Roca en la que no podía avanzar y sacudido por una infidelidad, Leopoldo Lugones decide terminar con su vida en una isla del Delta de Paraná el 18 de febrero de 1938 ingiriendo una mezcla fatal de whisky y cianuro.