Si bien las restricciones por el coronavirus fueron prácticamente descartadas en casi todo el territorio, las fiestas ilegales siguen realizándose en distintas zonas de nuestra provincia debido a la presencia de menores, la ingesta de sustancias, entre algunas de las razones.
En esta ocasión, el centro de jubilados de la asociación de trabajadores del estado (ATE), ubicado sobre la calle Orán, fue noticia este fin de semana tras el descubrimiento de la realización de fiestas clandestinas en el predio.
El hecho se dio a conocer luego de la viralización de videos de la intervención policial que tuvo origen gracias a las denuncias de los propios afiliados.
Estos últimos indicaron que en las sedes sociales se realizan fiestas clandestinas hace ya algún tiempo, y detallaron que se cobran $500 las entradas, se venden bebidas alcoholicas, y los vecinos de la zona no se animan a denunciar por temor a las represalias.
En este marco, Eduardo Trapalla, miembro de la comisión de ATE dio una entrevista al medio Telefe Salta, donde dio detalles sobre la cuestión.
Trapalla detalló que las fiestas se realizaban cada fin de semana, y que las quejas por parte de los vecinos ya se habían hecho sentir debido a los ruidos a los que calificó como “infernales”.
“Tuvimos que hacer la denuncia en la comisión que se organiza, que son el tesorero, la secretaria y dos o tres vocales, y yo fui como testigo” aseguró.
El miembro de la asociación aseguró que estas fiestas no solo no estaban habilitadas, sino que eran realizadas por el hijo de la presidenta de la asociación.
“No había ninguna clase de control, no tenían autorización de ATE, ni aadi capif, sadaic, ni municipalidad ni dirección de control”, lanzó.
“Empezaban a la madrugada y terminaban a las 8” aseguró Trapalla y aseguró que la presidenta debe haber tenido conocimiento debido a que las llaves las tenía ella.