La víctima, que al momento de la denuncia tenía 16 años, discutió con su padrastro y lo amenazó con contar todo. Él, asustado y preocupado, se roció con nafta y amenazó con suicidarse si ella hablaba.
Así la madre de la joven se dio cuenta de que algo estaba sucediendo. Su hija le contó luego que el hombre, que era su pareja y con quien convivía desde hacía diez años, había abusado de ella desde que era una niña de 6 años, aprovechando esas ocasiones en las que la madre la dejaba a su cuidado y salía a trabajar. La menor agregó que la tenía amenazada con suicidarse si ella contaba lo que sucedía.
Eso sucedió un tiempo antes de que la mujer radicara la denuncia. Él le había dicho que se iba a ir de la casa y las iba a dejar tranquilas. Pero no lo hizo.
El 26 de marzo de 2019 se produjo una nueva discusión, y él se subió al techo de la vivienda que compartían, diciendo que prefería matarse antes que ir preso. Desde ese momento, él se retiró del domicilio, pero la mujer denunció los hechos a los que había sometido a su hija.
S. G. M. fue condenado a la pena de catorce años de prisión efectiva por ser autor de los delitos de abuso sexual con acceso carnal agravado por la guarda y la convivencia con menor de dieciocho años (continuado) en concurso ideal con corrupción de menores agravada.
El juez de la Sala I del Tribunal de Juicio, Martín Pérez, ordenó convertir en prisión domiciliaria el arresto que viene cumpliendo el condenado, ello dependiendo de su estado de salud. Esta medida deberá dejarse sin efecto en caso de evolucionar favorablemente, por lo que cuando eso suceda deberá ser trasladado a la Unidad Carcelaria Local para el cumplimiento de la pena impuesta.
Una vez firme la condena se realizará un examen médico y extracción de material genético del hombre, para ser incorporado en el Banco de Datos Genéticos