El portavoz de Unicef, James Elder, advirtió esta semana que la Franja de Gaza “se convirtió en un cementerio de niños” a casi un mes del inicio de la guerra con Israel. Además, expresó una creciente preocupación por un aumento en las víctimas debido a la deshidratación en esa región palestina.
«Los números son terribles: más de 3.450 niños habrían muerto y (…) ese número aumenta cada día. Gaza se convirtió en un cementerio de miles de niños», indicó Elder.
El funcionario manifestó que, incluso, la situación puede empeorar debido a la falta de acceso a agua potable en este territorio devastado de 362 kilómetros cuadrados que alberga a casi 2.4 millones de palestinos y que está sitiado por Israel.
«La capacidad de producción de agua de Gaza no representa más que el 5% de su producción cotidiana habitual. La muerte de niños, y en particular de lactantes, a causa de la deshidratación constituye una amenaza creciente», expresó Elder.
Unicef está haciendo un llamado urgente a un alto el fuego inmediato, junto con la apertura de todos los puntos de acceso a Gaza para permitir la entrada de ayuda humanitaria. «Sin cese el fuego, sin agua, sin medicamentos y sin la liberación de niños secuestrados, nos precipitaremos hacia horrores aún mayores para esos niños inocentes», advirtió, en referencia a la situación general en Gaza y a los menores que fueron secuestrados por Hamás en Israel.