El puertorriqueño se despedirá de su público argentino el sábado y el domingo en el estadio de Vélez, en el cual sus fans acampan hace más de 15 días. Daddy Yankee llegó al país en la tarde del viernes en un vuelo privado luego de sus conciertos en Santiago de Chile en el marco de La última vuelta world tour la gira con la que pondrá fin a su carrera musical tras más de treinta años.
Después de una hora cuarenta de viaje, el artista salió por el VIP del aeropuerto de Ezeiza acompañado por su esposa y el resto de su comitiva. Saludó desde lejos a los fans que se agolparon desde temprano en busca de fotos o autógrafos, pero se quedaron con las ganas ya que el cantante no tuvo contacto con el público.
El cantante se alojará en la zona de Puerto Madero, por tres noches antes de seguir con su gira latinoamericana cuya próxima parada será en Guayaquil el martes 4. Desde allí trepará con sus canciones por todo el continente hasta llegar a Estados Unidos y volverá a su país para la gran despedida pautada para el 8 de enero en San Juan de Puerto Rico.
Mientras tanto, sus fanáticos acampan en los alrededores del estadio de Vélez para estar lo más cerca posible de su ídolo. Son más de 50 las carpas instaladas sobre las veredas del estadio y del barrio Kennedy, sobre la avenida Juan B. Justo y muchos de los que están allí son integrantes del club de fans argentino del astro del reggaetón. Muchos de ellos se organizaron en un sistema de postas, que le permitió al público de todas partes del país no perderse la fiesta y garantizarse un lugar de privilegio en los accesos al concierto.
Daddy Yankee nació en Puerto Rico con el nombre de Ramón Luis Ayala Rodríguez comenzó su camino en la música hacia 1991, cuando colaboró con DJ Playero en varios de sus mixtapes. De hecho, fue en una de esas sesiones con el productor boricua en la que Yankee mencionó la palabra “reggaetón” por primera vez, aun cuando el género no existía. Es por esto que es considerado uno de los pioneros de este ritmo que hoy sacude las caderas de todo el mundo.
En 2004 alcanzó el crossover mundial a través de su disco Barrio fino, el cual incluye el éxito global “Gasolina”. Está considerado por muchos como el mejor en la historia del género y uno de los más destacados en la historia de la música latina: con este álbum se hizo acreedor de premios Grammy Latinos, Billboard, entre muchos otros.
