Este jueves se supo la noticia de que el capitán de Colón, Luis Miguel Rodríguez, no seguirá en el club el año que viene. El jugador tomó la decisión después de la apretada de la barra que sufrió el martes dentro del centro de entrenamiento del Sabalero. Así lo informó su represente, Roberto San Juan.
«Es una vergüenza lo que pasó. Patético. Había un dirigente en la práctica cuando pasó. Pulga se va a ir en diciembre. Termina el campeonato y la decisión es irse. Esto no lo soporta nadie. Está tomada la decisión. No importa si tiene contrato. Esta es una situación que hace que se pueda rescindir», comentó el representante del Pulga.
Agregó: “A nadie le gustaría que le pase y nadie puede jugar en estas condiciones. La familia está primero. Pulga Rodríguez está pasando un momento malísimo. Va cumplir con estos siete partidos y la decisión es rescindir su contrato, porque se llegó a un límite. El único responsable es el club. No hay que seguir encubriendo».
El martes por la mañana, luego de la derrota ante Talleres por 2-0, el sabalero retorno a los entrenamientos cuando cerca de 30 personas irrumpieron en el Predio 4 de Junio para amenazar a los futbolistas, que no se quedaron callados y, con el propio Pulga, Wanchope Ábila y Paolo Goltz a la cabeza, reaccionaron. Por lo que se armó un escándalo que necesitó de la intervención de la policía para que no pasara a mayores.
Luego del suceso el entrenador interino, Adrián Marini, dio por finalizada la práctica y todas las actividades que estaban programadas para realizarse dentro del club al día siguiente quedaron suspendidas. Recién este jueves, con custodia policial, los jugadores del plantel profesional de Colón volvieron a entrenarse.