Con una situación complicada por donde se la vea, sumado a la postura que tomó en las última horas Silvina Batakis, esta tarde se informó la reununcia de Gustavo Beliz, secretario de Asuntos Estratégicos de la Presidencia.
Beliz le presentó este jueves al mediodía su renuncia al presidente Alberto Fernández en Casa Rosada, adonde el mandatario llegó a las 11.35.
«Esta confirmada la renuncia», dijo a Télam una fuente cercana al ahora exsecretario, y apuntó que «renunció al cargo de Asuntos Estratégicos, de manera indeclinable».
Beliz era uno de los funcionarios más cercanos al Presidente y durante su gestión asumió diversas tareas, entre ellas la dirección del Consejo Económico y Social.
La renuncia se confirmó en medio de versiones sobre otros cambios en la administración Pública, que incluirían la conformación de nuevo súper ministerio del cual dependerían Economía, Producción y Agricultura.
“Se cansó de tragarse sapos”, aseguraron allegados del ahora ex funcionario al medio LA NACIÓN.
En los últimos meses el rol de Beliz se había ido acotando solo a las negociaciones con los organismos multilaterales de crédito. Así, aquel funcionario que se erigía como un primus inter pares con poder transversal a todo el Gobierno se fue apagando lentamente hasta quedar reducido a cuestiones menores.
En su breve carta de renuncia, de una línea, el funcionario no agradeció e incluyó una referencia religiosa: “Dios los guarde”.
Beliz fue ministro del Interior entre 4 de diciembre de 1992 y el 1° de agosto de 1993 durante la primera presidencia de Carlos Menem y ministro de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos desde el 25 de mayo de 2003 y hasta el 24 de julio de 2004, ya en la gestión de Néstor Kirchner.
En 2004 renunció al Ministerio de Justicia durante la presidencia de Néstor Kirchner y dejó el país en medio de una disputa con el exespía de la SIDE Antonio Stiuso, quien le inició un juicio por mostrar su foto en televisión.
Entre 2005 y 2013 residió en Washington para trabajar en el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), donde llegó a dirigir el Instituto para la Integración de América Latina y el Caribe (INTAL), ocupación que lo llevó a vivir un año en Uruguay.
