Cada 13 de junio se conmemora el Día Mundial del Cáncer de Piel, con el fin de concientizar sobre la importancia del cuidado de la piel y la prevención de tumores cutáneos.
Es uno de los tipos de cáncer más frecuentes y el principal factor de riesgo es la sobrexposición al sol.
Es un cáncer curable, siempre y cuando sea diagnosticado tempranamente, pero si se lo detecta en estadios avanzados el pronóstico es menos favorable, aunque recientes adelantos en el uso de la inmunoterapia han mejorado enormemente las perspectivas de estos pacientes más avanzados.
Se trata de una de las enfermedades que más fácilmente pueden evitarse tomando unas precauciones básicas. Debido a que sus signos pueden verse muy precozmente, se puede detectar en una fase muy temprana. El principal factor de riesgo es la exposición a los rayos UV, o rayos del sol.
Son fundamentales las siguientes medidas preventivas:
- Evitar la exposición al sol entre las 10 y las 16 hs.
- Durante el verán: cubrirse con ropa, sombrero y anteojos de sol. Evitar el uso de ropa de colores oscuros.
- Utilizar protector solar de más de 30 FPS (Factor de Protección Solar).
- Proteger especialmente a los niños del sol. Los bebés menores de 1 año deben evitar completamente la exposición.
El cáncer de piel se desarrolla en la capa de piel denominada epidermis. Esta capa está compuesta por diferentes células que determinan los distintos tipos de cáncer que existen actualmente.
Los tipos más comunes son:
- Carcinoma de células basales: Este tipo de cáncer de piel es uno de los más comunes. Se forma en las células basales (más externas) de la piel, las cuales son las encargadas de producir las células cutáneas.
- Carcinoma de células escamosas: El cáncer de células escamosas se desarrolla en las células que se encuentran en las capas medias y externas de la piel. Este tipo de células están situadas en muchas partes del cuerpo por lo que este tipo de cáncer puede aparecer en cualquier lugar.
- Melanoma: El melanoma se considera como uno de los tipos de cáncer más graves ya que éste se forma en las células que producen melanina. La exposición al sol hace que los melanocitos produzcan más pigmento de lo necesario, y aunque el origen de estos tumores no se entiende del todo, se ha demostrado que imitar la exposición a la radiación ultravioleta (UV) del sol puede ayudar a reducir el riesgo de tener melanoma.