El vigesimosegundo día del mes de septiembre se celebra en forma internacional el día que busca concientizar sobre los residuos al ambiente que aporta el uso de automóviles y pretende impulsar el uso de transportes sustentables.
La fecha fue originalmente una iniciativa para desincentivar el uso del automóvil, al ver que su uso a gran escala está produciendo daños en el medio ambiente.
En esta jornada se hace un llamado a los ciudadanos a dejar este medio de transporte por un día y probar nuevos medios de desplazamiento.
El origen del día se remonta a una primera manifestación ocurrida en 1973, durante la crisis petrolera.
Los países aliados en la OPEP (Organización de Países Árabes Exportadores de Petróleo) cortaron por primera vez sus ventas a los países que apoyaron a Israel durante la guerra de Yom Kipur, incentivando el uso de alternativas independientes de los combustibles fósiles.
En un principio las ciudades de Reikiavik (Islandia), La Rochelle (Francia) y Bath (de Reino Unido) tomaron la iniciativa de aplicar el Día Sin coche. Y como campaña a nivel nacional, el primer país en aplicarlo fue Gran Bretaña en 1997.
En el año 2000 se constituyó como una iniciativa europea por la Comisión Europea. El mismo año se toma como día mundial y se implementa en Europa extendiéndose las actividades por una semana, a la que llamaron «semana de la movilidad».
En el mundo se calcula que circulan más de mil millones de vehículos motorizados, esto tiene como consecuencia directa un aumento en de la contaminación ambiental, pero este incremento del tránsito automotor también impacta sobre la seguridad vial y los modos de convivencia en el espacio público.
La semana de la movilidad sustentable busca visibilizar y generar conciencia los efectos del cambio climático, a partir de promover formas alternativas de tránsito como el uso de la bicicleta, la caminata y los viajes en transporte público, que aportan al desarrollo sostenible, mejoran el uso y apreciación del espacio público por parte de los ciudadanos.