En esta fecha, cada año se celebra el día que conmemora a una enfermedad que afecta a miles de personas en el mundo, pero que muchas veces es invisibilizada.
Esta efeméride fue establecida con el objetivo de sensibilizar y difundir lo que es el Sjögren propiciando un mejor conocimiento de la enfermedad que conlleva a su comprensión y a la búsqueda de posibles soluciones y tratamientos.
El Síndrome de Sjögren es un trastorno crónico del sistema inmunitario, que afecta a las glándulas exocrinas, generando inflamación de las membranas mucosas y las glándulas salivales, produciendo menor cantidad de lágrimas, saliva, mucosas en la laringe y tráquea y secreciones vaginales.
Asimismo, puede ocasionar dolor articular y erupciones cutáneas. Esta patología reumática e inflamatoria puede estar asociada a otras enfermedades, tales como esclerodermia, artritis reumatoide, lupus eritematoso sistémico y cirrosis biliar. Afecta a las articulaciones y algunos órganos como hígado, riñones, piel, pulmones y tiroide.
Esta patología afecta de manera predominante a mujeres, con una tasa de prevalencia del 0,33% de la población adulta en España, lo que supone cerca de 120.000 afectados en este país, según el estudio EPISER 2016, por lo que se trata de una enfermedad frecuente, a pesar de no ser muy conocida entre la población general.
El diagnóstico del Síndrome de Sjögren debe ser efectuado por un médico especialista, mediante una evaluación física y la aplicación de las siguientes pruebas y exámenes:
- Análisis de laboratorio.
- Exámenes oculares: prueba de Schirmer y exámen con lámpara de hendidura.
- Gammagrafía, sialografía y centellografía de las glándulas salivales.
- Biopsia del labio.
El tratamiento de esta enfermedad está orientado a controlar la sequedad ocular y bucal del paciente, con las siguientes recomendaciones:
- Aplicación de lágrimas artificiales.
- Uso de humidificadores ambientales.
- Aplicación de ungüentos oculares.
- Utilización de gafas de sol.
- Revisiones oftalmológicas periódicas.
- Uso de pilocarpina para estimular la producción de saliva.
- La higiene bucal con dentífricos especiales y que contengan flúor.
- Uso de aerosoles nasales con solución salina.
- Visitas periódicas al ginecólogo y utilización de lubricantes vaginales.
- Aplicación de cremas humectantes para la piel.