El 24 de noviembre se celebra el Día Mundial de la Evolución que tiene como finalidad recordar dos acontecimientos importantes para la humanidad.
El primero, que en el año 1859 se publicó «El Origen de las Especies» de Charles Darwin y el segundo, que en el año 1974 se halló del esqueleto de un homínido muy antiguo, un descubrimiento realizado por el arqueólogo Donald Johanson.
Estas celebraciones se han realizado durante más de un siglo, pero el término específico «Día de la Evolución» para el aniversario parece ser un neologismo que se acuñó antes de 1997.
Al destacar las contribuciones de Darwin a la ciencia, los eventos del día se utilizan para educar sobre la biología evolutiva.
Charles Darwin fue un científico y naturalista de origen británico, quien dedicó su vida al estudio de las especies y que hoy es mundialmente conocido por su obra maestra «El Origen de las Especies».
En su libro, Darwin afirma que toda forma de vida que existe en el planeta tendría un descendiente con antepasado común. El científico llega a esta conclusión después de años de minuciosa observación e investigación y declara que todo se da por una selección natural, que va evolucionando con el tiempo hasta convertirse en los organismos que conocemos en la actualidad.
La teoría de la evolución explica una serie de conocimientos, hallazgos y evidencias científicas que explican como ha ocurrido la evolución de los seres humanos, los animales y todas las especies que habitan en el planeta.
Esta teoría fundamentada en las observaciones de uno de los hombres más importantes de la historia, afirma que todos los seres vivos provienen de un origen primario y que poco a poco se van transformando y evolucionando.
Por otro lado, puede ocurrir que los cambios que se dan en un mismo ser u organismo, puedan aparecer en otras dos especies distintas, con características completamente diferentes que permitan diferenciarlas unas de otras, y esto, a la larga, es lo que se define como evolución.