El Día Mundial contra el Trabajo Infantil se celebra el 12 de junio, con el objetivo de denunciar la explotación infantil que se lleva a cabo en muchos países del mundo, donde se obliga a los niños a trabajar, negándoles todo derecho a la educación, la salud y una vida plena que le permita su desarrollo y bienestar integral.
El trabajo infantil es un problema social complejo y multicausal, condicionado por factores económicos, políticos, sociales y culturales, como la distribución inequitativa del ingreso y la riqueza, el desempleo, la demanda de mano de obra ¿barata?, entre otros. Todas estas cuestiones y aspectos deben estar presentes al momento de diseñar y ejecutar políticas para abordar la problemática.
El trabajo infantil se presenta de diversas maneras y en diferentes ámbitos, vulnerando derechos e impidiendo que el acceso a la educación pueda efectivizarse en plenitud. Entre fines del siglo XX y principios del XXI se desarrollaron en el país avances normativos destinados a proteger los derechos de niñas, niños y adolescentes. A estos se han sumado otras acciones como la institucionalización de la Comisión Nacional para la Erradicación del Trabajo Infantil (CONAETI) en el 2000 y la sanción de la Ley 26.390 de Prohibición del Trabajo Infantil y Protección del Trabajo Adolescente, en 2008. Esta última establece la edad mínima de admisión al empleo en 16 años y establece condiciones de protección especial hasta la mayoría de edad.