Una implosión catastrófica provocó la muerte de los tripulantes del sumergible Titán

El sumergible Titán perdió contacto con su nave de apoyo aproximadamente una hora y cuarenta y cinco minutos después de iniciar su inmersión hacia las ruinas del Titanic el domingo pasado. Tras cinco días de intensa búsqueda para rescatar a los pasajeros del submarino, de la empresa Ocean Great, la propia compañía confirmó ayer que » los cinco pasajeros del Titán murieron».

El contralmirante John Mauger, de la Guardia Costera estadounidense, durante una rueda de prensa, aseguró que «los restos son compatibles con una implosión catastrófica de la nave» y transmitió el pésame a las familias.

«Este es un caso increíble y complejo y todavía estamos trabajando para desarrollar los detalles sobre la línea de tiempo involucrada con esta tragedia», subrayó. Y agregó que los robots submarinos que enviaron a buscar el Titán «continuarán allí para recabar información».

Una implosión es un proceso con efectos contrarios a los de una explosión. En el segundo caso, los objetos se expanden de adentro hacia afuera de su centro. En cambio, la implosión funciona al contrario: el objeto colapsado se contrae hacia su centro, debido a que la presión exterior al mismo es mayor a la interior.

Por lo tanto, la implosión se habría producido por la enorme presión del agua producida en el sumergimiento del submarino. Esta habría superado la resistencia del casco del Titán, deformando su estructura y acabando con la vida de los tripulantes de la nave.

Cabe recordar que los restos del Titanic, punto de destino del Titán, están situados a 3.800 metros de profundidad.

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