El 8 de noviembre se celebra el Día Nacional del Radiólogo. Esta fecha surge por la consciencia de la importancia en la detección temprana de las enfermedades y fue instituida por el Ministerio de Bienestar y Acción Social, en el año 1973 en Argentina, también reconocida como el Día de la Radiología.
Así por solicitud de la Asociación Argentina de Técnicos en Rayos X y Fisioterapia se recuerda el descubrimiento del físico alemán Wilhem Conrad Roentgen: una nueva forma de radiación penetrante. El invento recibió el primer Premio Nobel de Física y marcó un antes y un después para la salud.
Tal día en 1895, el profesor Roentgen estaba trabajando con los rayos catódicos, utilizando ampollas de vidrio al vacío. Notó que cuando una corriente pasaba a través de la ampolla de vidrio, se producía en una pantalla de bario-platino-cianuro un efecto de fluorescencia y, además, se observó el efecto de este fenómeno sobre placas fotográficas. Llamó a este descubrimiento “Rayos X”.
Posteriormente, afirmó que con el uso de estos “Rayos X”, era capaz de ver a través del cuerpo. A los tres meses del descubrimiento de Roentgen, ya se generaban radiografías en las grandes ciudades.
El técnico radiólogo obtiene imágenes del cuerpo mediante diferentes agentes físicos (rayos X, ultrasonidos, campos magnéticos, entre otros) y las utiliza para el diagnóstico de enfermedades.
El rasgo profesional que distingue al Técnico en Radiología es que se trata de un miembro del equipo de salud humana con adecuada formación técnico-profesional y profundos valores morales y bioéticos.
Su formación calificada le permite enfrentar los desafíos de los avances en materia de diagnóstico por imágenes y aparatos de alta complejidad relacionados con la aplicación de la radiología. Ello le permite optimizar sus servicios para una mejor atención de la persona y del entorno laboral, además de facilitar las estrategias de atención primaria de la salud, prevenir enfermedades y promover la educación para la salud.