En un mes complicado a nivel económico debido a la renuncia del ex ministro Guzmán, la designación y deposición de Batakis y la disparada del dólar, los precios en la canasta básica se elevaron considerablemente, aunque por debajo de la inflación.
En la jornada de ayer, el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos expidió un nuevo informe donde detalló la situación que pasaron los precios de la canasta básica durante el séptimo mes del año.
Durante julio, la variación mensual de la canasta básica alimentaria (CBA) con respecto a junio fue de 6,3%, mientras que la variación de la canasta básica total (CBT) fue de 6,8%.
De esta manera se expuso que una familia compuesta por dos adultos y dos niños necesitó $111.298 para no ser pobre y $49.466 para no ser indigente.
En los primeros siete meses del año la canasta básica total aumentó 46,2 por ciento, mientras que la canasta alimentaria lo hizo al 50,1 por ciento. La diferencia se explica principalmente porque los alimentos registraron un importante avance, al tiempo que las tarifas de servicios públicos y transporte estuvieron moderadas.
En tanto, analizado en términos interanuales, las variaciones interanuales de la CBA y de la CBT resultaron del 70% y 64,7%, respectivamente, apenas por debajo de la Indice de Precios al Consumidor (IPC) de los últimos 12 meses, que alcanzó el 71 por ciento.
En ese marco, cabe recordar que la última medición oficial marcó que el 37,2% de la población -unas 17,4 millones de personas- es considerada pobre en la Argentina y el 8,2% vive en condiciones de indigencia.
De acuerdo a los datos del segundo semestre de 2021, de esta manera, los indicadores sociales principales mostraron una mejora respecto al 42% de pobreza que marcó el 2020 y el 40,6% de la primera mitad del año pasado.