14 de Mayo: Día mundial de las aves migratorias

Este 14 de mayo se celebra en forma internacional el día en honor a una especie de ave que suele realizar largos viajes para emigrar durante el invierno.

Esta celebración se realiza dos veces al año, una el segundo sábado de mayo, y otra el segundo sábado de octubre, coincidiendo con las dos grandes migraciones.

Lanzado en 2006, el Día Mundial de las Aves Migratorias, coordinado por ONU Enviroment, tiene como objetivo inspirar la conservación de las aves migratorias y sus hábitats en todo el mundo.

Desde el año 2018, este día unió dos de las campañas más grandes del mundo para la sensibilización y la educación acerca de las aves, el Día Internacional y el Día Mundial de las Aves Migratorias, el primero de ellos dirigido por Environment for the Americas (EFTA), y el segundo por el Acuerdo sobre la conservación de las aves acuáticas migratorias de África y Eurasia (AEWA) y la Convención sobre la Conservación de las Especies Migratorias de Animales Silvestres (CMS).

A través de una nueva asociación que une sus esfuerzos de manera formal, las tres organizaciones tienen como objetivo colaborar para aumentar la sensibilidad acerca de la situación penosa en la que se encuentran las aves migratorias en todo el mundo y resaltar la necesidad urgente de su conservación.

Debido a la estrecha relación existente entre estas dos celebraciones, en el 2018 la ONU decidió celebrarlas de forma conjunta por medio de una única campaña anual.

Las aves migratorias se desplazan entre las áreas de reproducción e invernada utilizando rutas o corredores migratorios, que siguen fielmente año tras año.

A grandes rasgos se pueden definir tres rutas, orientados en sentido norte sur. Según la especie, durante los vuelos de ida y vuelta pueden utilizar una misma ruta o combinar diferentes.

Estas aves se alimentarán intensamente para acumular debajo de la piel reservas grasas –la manera más efectiva de almacenar energía– que serán utilizadas como “combustible” durante el vuelo.

Algunos de estos humedales que utilizan como “parajes” en el camino distan miles de kilómetros unos de otros, separados por barreras ecológicas y geográficas donde no existen las condiciones adecuadas para detenerse y alimentarse.

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