Cada 6 de septiembre se celebra internacionalmente el día que hace referencia a las aves playeras y destaca su importancia en el medioambiente.
La principal finalidad de la celebración es la de promover la investigación y monitoreo de estas especies, así como destacar la importancia de su conservación a nivel mundial.
Las aves playeras son un grupo heterogéneo en formas y tamaños, sin embargo, tienen en común diversos rasgos físicos y conductuales.
Estas aves están adaptadas a las condiciones más extremas de la naturaleza pero, a pesar de esta capacidad de adaptarse a tales condiciones físicas extremas, estas aves no han logrado acomodarse a los cambios en sus hábitats.
Este tipo de animales suelen tener patas y dedos largos para desplazarse en ambientes lodosos, anegados o inundables, y picos alargados especializados para la búsqueda de alimento en los ambientes mencionados. Poseen plumajes crípticos que les permiten camuflarse en sus respectivos ambientes, lo cual es más notorio en pichones.
La fecha busca impulsar la protección de su hábitat y las rutas migratorias de estas aves, debido a que en las últimas décadas han mermado las poblaciones de aves playeras. De esta manera se garantiza la preservación de las distintas especies.
El reconocimiento de que estos vertebrados estaban en problemas desde mediados de los 80, llevó a la comunidad científica a crear una red de sitios clave para protegerlos: la Red Hemisférica de Reservas de Aves Playeras (WHSRN), iniciativa de colaboración para proteger la integridad ecológica de los hábitats críticos para las aves playeras en las Américas.
Esta red registra hoy 107 sitios de 17 países, y trabajan en la conservación de estas aves por lo menos 422 socios en 15 millones de hectáreas de hábitat para aves playeras.