En 1992, la Asamblea General de las Naciones Unidas en proclamó el 2 de julio como Día Internacional de las Cooperativas para celebrar el centenario del establecimiento de la Alianza Cooperativa Internacional, aunque no es hasta 1995 cuando se celebra por primera vez de manera oficial.
Es en 1994 cuando la Asamblea General de las Naciones Unidas invita a los gobiernos, organizaciones internacionales, organismos especializados y organizaciones cooperativas nacionales e internacionales a observar anualmente el primer sábado de julio, a partir de 1995, el Día Internacional de las Cooperativas.
No obstante, el Día Internacional de las Cooperativas llevaba celebrándose anualmente desde 1923.
Una cooperativa es una asociación de personas que se unen voluntariamente para formar una organización democrática y una gestión que busca el interés común de todos los socios en un contexto económico, social y cultural.
Son importantes porque tienden a ser más sostenibles con el tiempo, hay más igualdad entre las diferentes posiciones, es decir, que hay una brecha más reducida entre las posiciones más altas y más bajas, y están distribuidas de manera uniforme entre las áreas urbanas y rurales.
Según naciones unidas, la importancia de las mismas se da porque a nivel mundial y en muchos sectores diferentes de la economía, las cooperativas han demostrado ser más resistentes a las crisis que el promedio.
Estas fomentan la participación económica, luchan contra la degradación ambiental y el cambio climático, generan buenos empleos, contribuyen a la seguridad alimentaria, mantienen el capital financiero dentro de las comunidades locales, construyen cadenas de valor éticas y, al mejorar las condiciones materiales y la seguridad de las personas, contribuyen a una situación tan positiva como la paz.
El modelo de afiliación abierta de las cooperativas permite el acceso a la creación de riqueza y la eliminación de la pobreza. Esto resulta del principio cooperativo de la participación económica de los miembros: «Los miembros contribuyen equitativamente y controlan democráticamente el capital de su cooperativa».
Debido a que las cooperativas están centradas en las personas, no en el capital, no perpetúan ni aceleran la concentración de capital y distribuyen la riqueza de una manera más justa.
Las cooperativas también fomentan la igualdad externa. Como están basadas en la comunidad, están comprometidas con el desarrollo sostenible de sus comunidades, ambiental, social y económicamente.
Este compromiso se puede ver en su apoyo a las actividades comunitarias, el suministro local de suministros para beneficiar a la economía local y en la toma de decisiones que considera el impacto en sus comunidades.