Luego de que se debatiera políticamente en los Estados Unidos la posible abolición del aborto en determinados estados, el gobierno canadiense aseguró que las mujeres que lo requiera podrán hacerlo en su país.
«Si vienen aquí y necesitan acceso (al aborto), es un servicio que les proveeríamos», dijo este miércoles la ministra de Familias canadiense, Karina Gould, durante una entrevista con la televisión pública CBC.
Un día antes, el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, había defendido el «derecho a elegir» de las mujeres.
“El derecho a elegir es un derecho de la mujer, y solo le pertenece a ella. Cada mujer en Canadá tiene el derecho a acceder a un aborto seguro y legal. Nunca vamos a dar marcha atrás protegiendo y promoviendo los derechos de las mujeres en Canadá y en el resto del mundo”, escribió Trudeau.
“Si ellas, como personas, vienen aquí y necesitan acceso, definitivamente es un servicio que podemos proveerles”, indicaba por su parte y de manera firme Karina Gould, la ministra de familias, niños y desarrollo social del gobierno canadiense.
Estas declaraciones se dieron después de que se filtrara una opinión del juez de la Corte Suprema de Justicia estadounidense, Samuel Alito, en la que deja entrever que la corte estaría dispuesta a revertir un fallo aprobado en 1973, el del famoso caso Roe v. Wade, que hizo que el aborto fuera legal en todo el territorio de los Estados Unidos.
Si bien aún no se conoce el nuevo fallo del tribunal supremo, se presume que la decisión pasará por dar más libertad a los estados de decidir qué hacer con temas como el aborto.
En la opinión de Alito se destaca que el fallo de Roe es dudoso y “atrozmente equivocado desde el principio” porque su razonamiento es “excepcionalmente débil”.
La opinión argumenta que el fallo de casi 40 años ha tenido “consecuencias dañinas” dividiendo el país en estados a favor del aborto y estados en contra, quitándole a las autoridades estatales el poder de regular sobre este tema.
Si el fallo efectivamente se anulara, el acceso al aborto quedaría restringido en Estados Unidos, a merced de medidas que puedan tomar por separado cada uno de los 50 estados del país.
Por su parte, el presidente estadounidense, Joe Biden, se manifestó en contra de la posible anulación y abogó por consagrar el derecho al aborto con una ley aprobada en el Congreso, algo que parece imposible con la actual composición parlamentaria.
