A tan solo algunos meses desde que la niña haya sido dada de alta del hospital de la capital salteña, en la tarde del domingo se dio a conocer la triste noticia de su muerte por su delicado estado de salud.
Zaira, tenía 12 años y padecía una enfermedad genética neurodegenerativa que la mantenía postrada en una precaria cama, en una vivienda aún más precaria, en Misión Chaqueña, una comunidad a 50 km de Embarcación.
La menor en el mes de junio presentó complicaciones por su enfermedad progresiva y fue trasladada al hospital Materno Infantil de la capital salteña y luego al hospital de Embarcación, recibiendo en septiembre el alta médica gracias a la atención de los médicos que permitió que tenga una gran mejoría de su cuadro clínico.
Su caso se dio a conocer mediáticamente este año, logrando conmover a la sociedad que hizo diferentes cruzadas solidarias por la niña que se encontraba sin atención médica y solo conectada a un suero que la alimentaba, en un total estado de desnutrición.
Zaira no escuchaba ni hablaba, estaba ciega y dos de sus dedos de la mano fueron arrancados por un chancho. Esto movilizó a una amiga de la madre fallecida de la menor, quien decidió dar a conocer el caso, solicitando ayuda, ya que la niña viva en condiciones inhumanas.
La niña ingresó al primer nosocomio el 26 de mayo con 17 kilos y medio, ycon una atención profunda y exclusiva logró mejorar su cuadro clínico y tener un peso de 23.6 kilos el 31 de julio. El último control realizado a Zaira, el 23 de septiembre, contaba con un peso de 24.6 kilos.
En su triste historia, el abandono es protagonista ya que su madre falleció y su padre la abandonó. Tras esta situación, Aurelio, su abuelo, se hizo cargo de la menor, a la que consideraba su hija. Fue él quien confirmó su deceso.
Así como informó Multivisión Federal, Aurelio expresó con dolor que su nieta «se durmió y ya no despertó», partió hacia la eternidad donde ahora descansa en paz.