Telegram ofreció a la Oficina Federal de Investigación Criminal de Alemania (BKA, por sus siglas en alemán) acceso a los datos de algunos de sus usuarios presuntamente implicados en casos de abuso infantil y terrorismo.
Pese a que una de las aplicaciones de mensajes más valoradas por su E2EE, Telegram, afirma no haber proporcionado datos de usuarios a nadie, ni si quiera gobiernos, un informe expone lo contrario.
El diario alemán Spiegel informó que la plataforma ofreció recientemente a la BKA acceso a los datos de ciertos usuarios, según fuentes cercanas al asunto.
Estos usuarios son sospechosos de estar implicados en casos de terrorismo y abuso infantil. La entrega de sus datos es relevante para identificarlos y poder presentarlos como prueba en un juicio.
De cualquier manera, a la hora de investigar la posible violación de otros delitos, las autoridades alemanas reconocen que siguen sin tener facilidades por parte de la plataforma.
A mediados de enero, la BKA acusó a Telegram de “considerables deficiencias” en la eliminación de contenidos de extrema derecha.
La BKA lamentaba en aquel entonces que la persecución de delitos penales en Telegram es muy difícil porque la compañía “no está interesada en cooperar con las autoridades policiales”.
Sin embargo, principios de febrero, el Ministerio Federal del Interior alemán empezó a entablar conversaciones directas con Telegram, según informa Spiegel. Concretamente, con el cofundador de la plataforma, Pável Dúrov, que reconoció la importancia del mercado alemán y acordó establecer un canal directo de cooperación con las autoridades del país.
Al llegar a un acuerdo, el organismo monitorizó actualmente unos 3.000 canales y grupos de habla alemana relacionados con la difusión de ideología y contenidos de extrema derecha. De estos, 81 canales y 90 grupos han sido restringidos por Telegram, según el experto del centro, Josef Holnburger, en declaraciones al medio, frente a los 25 canales y grupos que se eliminaron el año pasado.
Cabe recordar que Telegram, desde 2018 informó que las claves de cifrado no serían entregadas a las autoridades de ningún país y que publicaría informes semestrales sobre cualquier actividad de divulgación, cosa que, pese a ser de los principales atractivos de la app, no fue cumplido.